Campeonato de España 2016

El Campeonato de España de ciclismo adaptado se celebraba en la ciudad andaluza de Estepona, Málaga. 

Bajé unos días antes para reconocer el circuito y descansar del pesado viaje. Circuito urbano, con peligrosas curvas y sin desnivel, horrible para mi gusto y características, una carrera de arrancar, parar y volver a arrancar. Tras reconocer el trazado me pareció más peligroso incluso de lo que pensaba. Cada vuelta tenía 3 curvas cerradas de 180 grados cortadas por el interior de tres rotondas y dos curvas de 90 grados muy peligrosas ya que la visión de la trazada no era clara, además un asfalto sucio y con deformaciones. Lo tenía todo para tener mucho cuidado. 

El sábado a las 17:30 h comenzaba mi participación en la contrarreloj individual. El día anterior los jueces de la prueba decidieron reducir de 15 km a 10 km la contrarreloj. Desconozco si esto se puede hacer, pero se hizo. He entrenado para una distancia de contrarreloj concreta y de repente te quitan de un plumazo 5 km. El planteamiento de la crono cambia por completo. Las intensidades deben ser muchos más altas ya que el tiempo de competición es más corto. ¿Cómo pueden hacer esto? No lo sé, pero se hizo. Planteamiento de carrera formato prologo más que contrarreloj, beneficiando sin duda a handbikers de más fuerza y potencia que yo. Primera dificultad del campeonato. Si en Sudáfrica venia de correr una contrarreloj de casi 20 km, aquí 10 km por decreto de última hora.

Para añadir más salsa a los caracoles, la tarde del sábado es tormentosa. Vientos muy fuertes, tanto llueve como luce el sol. El viento tira el arco de menta provocando un accidente y la salida se retrasa 1 hora. Comienzo a calentar con sol y termino bajo un aguacero enorme. Hablo con participantes que han terminado la crono y dicen que el trazado es muy peligroso, que la lluvia lo ha dejado impracticable. Si antes era peligroso, ahora mucho más. Me voy para el cajón de salida. Soy el último que sale de mi categoría al ser el campeón del 2015. Estoy tranquilo. Me he quitado el casco de crono y las gafas para tener más visión. El agua del trazado salpica a la cara y anula la visión. Arranco con fuerza. Llego a la primera curva de 180 grados, la trazo con dificultad y percibo cierto deslizamiento de las ruedas traseras pero salvo el escollo y aprieto con fuerza. 

Veo un handbiker en la distancia y voy a por él. Lo alcanzo en la entrada de la rotonda y comienzo a adelantarlo por el exterior, cuando de repente, las ruedas traseras de la handbike patinan, estoy sin control y giro sobre mi mismo. La lluvia ha provocado que realice un trompo, un giro de 200 grados que me sitúan en contra dirección. Preocupado, intento recuperar el sentido de la carrera. Giro despacio hasta que sitúo la handbike correctamente y arranco. Pierdo bastante segundos pero no pienso en ello, sólo en como salvar la siguiente curva. Llego a ella y entro despacio pero las ruedas traseras se vuelven a ir y me veo impactando contra el bordillo, percibo que voy a reventar las ruedas de carbono traseras pero consigo detenerme antes del impacto. Respiro aliviado y vuelvo a arrancar. “Se prudente”, me digo. 

La contrarreloj consiste en entrar muy despacio en las curvas para evitar que las ruedas traseras patinen y arrancar con fuerza después de cada curva. Parar y arrancar, intentando mantener la intensidad en los tramos sin peligro. Sin duda, no es posible llevar una potencia constante. Consigo salvar la primera vuelta y me planteo dar la última vuelta a tope pero sin arriesgar. Tras varios sustos, aprieto el máximo hasta cruzar la línea de meta. Mi tiempo son 19:18 minutos, a 31,5 km/h. No estoy nada contento. Sé que el trompo va a limitar mis posibilidades. Termino en 4 posición, a 17 segundo del ganador. Decepción. Así son las carreras, unas veces ganas y otras pierdes.

Después de la contrarreloj experimento sensaciones de rabia, tristeza, impotencia, cabreo…. Se que lo podría haber hecho mucho mejor pero no ha sido posible. Tengo ganas de darlo todo en la prueba en línea, de quitarme la espina que llevo clavada pero el circuito es peligroso y temo que los nervios y ataques hagan una carrera nerviosa y accidentada. 

El domingo a las 9:00h estamos esperando el orden llamadas para ir a formar la línea de salida. Parece que no se enteran y los jueces comienzan a llamar primero a los últimos handbikers de la contrarreloj. Comienza el desorden antes de empezar así que cuando veo un hueco, me voy para la línea de salida. Arranco con fuerza, pero después de mi experiencia en Sudafrica, quiero reservar fuerzas para los cambios de ritmo posteriores. 

Salida lenta y se forma un pelotón, algo poco habitual donde rodamos cerca de 10 handbikers estirados. Una fila larga que llama la atención del público. Poco a poco perdemos efectivos y se forma un grupo de cabeza de 5 corredores. Las curvas se trazan con extremada prudencia, nadie quiere hacerse daño. Siento que la carrera es lenta, voy en el grupo sin grandes esfuerzos. Estoy atento en los pasos por curva, cuando yo empiezo a trazar, los que van primeros han salido de la curva y temo un ataque que abra hueco. Paso a la 4 posición. Estamos en la 3 vuelta cuando en un giro de 180 grados monto mi defensa delantera sobre la defensa trasera de un compañero, traza la curva pero yo no puedo girar la rueda delantera ya que no roza en el suelo. Al salir el de la curva, logro apoyar la rueda delantera, estoy en dirección al bordillo y sin tiempo ni espacio para frenar, impacto con el bordillo. 

La inercia de la velocidad provoca que todo el lateral derecho de la handbike impacte contra el bordillo. Temo haber pinchado la rueda delantera y doblado la trasera. Estoy encajonado contra la acera y no puedo salir. Intento desplazarme con las manos pero no me muevo. Pido ayuda pero no llega. Observo como los rivales se van. Acabo de perder el grupo de cabeza y no me puedo mover. Tras varios intentos y gritos de desesperación, consigo desplazar la rueda delantera, me empujo con los brazos y salgo del atasco en la acera. Vuelvo a pedalear pero un ruido trasero dice que algo roza o se ha doblado en la handbike. Voy a tope a por la cabeza. Observo que un trozo de tubular se ha desgarrado de la rueda delantera, puedo pinchar en cualquier momento. Sé que la trazada lenta en las curvas del grupo de cabeza, me da margen para reducir distancia. 

Es pronto y espero que no haya cambios de ritmo ni ataques en la cabeza. Tras 4 minutos a tope vislumbro la cabeza y al poco vuelvo a contactar con ellos. Necesito un respiro. He gastado una bala. Me sitúo en 5 posición a cola de cabeza. No estoy para dar relevos.

Van pasando las vueltas hasta que llega la última vuelta. Sé que mis fuerzas andas justas y planteo atacar antes de las curvas cerradas, cerca del final. De repente, se acelera el ritmo. Han cambiado de ritmo antes de entrar en una rotonda de 180 grados, faltan 4 km a meta. A la salida de la curva, la guerra se desata. Intento responder. Veo la rueda del rival que se ha quedado algo cortado e intento llegar a su altura. Hago el esfuerzo pero no doy para más, no consigo alcanzarlo. Se abre un hueco. Me supera el que va detrás. Lo llevo a escasos 20 metros pero no soy capaz de recortar la distancia. La cabeza está a distancia y la opción de podio también. Decido terminar evitando los accidentes y garantizar un 5 puesto. La rueda delantera está dañada y puedo pinchar en cualquier momento

Al terminar, percibo gran decepción. Las fuerzas no me han acompañado. El ritmo no ha sido fuerte. No he corrido con el corazón en la boca y así lo atestiguan la media de pulso y vatios. A pesar de la intensidad, no he tenido capacidad para reaccionar al final. Algo ha fallado. Considero que mi preparación ha sido buena, tengo buena capacidad aeróbica aunque hoy no me he encontrado. La única explicación que encuentro es la debilidad muscular provocada por las dichosas infecciones de orina. 

Desde que empecé el año llevo arrastrando muchos problemas con las infecciones de orina. Mi discapacidad exige sondajes intermitentes, tanto va el cántaro a la fuente que termino generando infecciones de orina. El año pasado pasé 8 meses sin problemas, logré mis mejores resultados y di un salto de calidad importante. Este año acumulo muchas infecciones de repetición con sus respectivos tratamientos de antibióticos. El sábado anterior al campeonato de España, terminé la última sesión de antibióticos. Esperaba recuperar durante la semana para afrontar con garantías la competición pero en carreras de alta intensidad y con rivales de entidad, al final las fuerzas no son las que tienen que ser. Con estas palabras puedo resumir mi campeonato, no pretendo poner excusas a mis resultados ni desmerecer la victoria de los rivales ya que ellos se preparan al 100%, como lo hago yo. Pero esta situación me lleva a una reflexión profunda, ¿qué sentido que tiene entrenar tanto, si a la hora de la verdad las infecciones no me dejan rendir al máximo? Conclusión, si quiero continuar en este deporte, debo solucionar el problema de las infecciones de orina desde ya. 

Sin duda, aprendo más de las derrotas que de las victorias. Saco mis conclusiones. Felicito a los ganadores por su trabajo y constancia, sin duda hacen que el nivel nacional sea más elevado y pronto podamos codearnos con la élite mundial.

Gracias a todos los patrocinadores que han hecho posible mi presencia en Estepona, a la Federación Aragonesa de Ciclismo, siempre es un orgullo defender los colores de Aragón. Gracias a mi compañero de fatigas, José Manuel Carcasona que me ha acompañado en los últimos campeonatos de España. Él es el perfecto compañero que hace más fácil mi preparación en las carreras. Gracias amigo, un placer como siempre. Gracias a JCV Shipping&Solutions, Quickie, Coanfi, PowerBar, Trangoworld, …etc 

GRACIAS Y HASTA LA PRÓXIMA.

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